La Generalidad de Cataluña se gastará 3.608.082,97 euros, a través del Servicio Catalán del Tráfico, para instalar nuevos radares por tramos en cuatro carreteras catalanas.
Interior justifica la inversión para lograr "una reducción significativa de la accidentalidad y de las velocidades máximas en las carreteras" y, a diferencia de otros radares ya instalados en las vías catalanas, incorporan importantes novedades como tecnología de visión artificial y un sistema antivandálico para evitar que se estropeen.
Los nuevos radares se instalarán en la A-2 a la altura de Tàrrega, entre Sant Vicenç dels Horts y Jorba; en la C-17 entre Parets del Vallès y Lliçà; en la AP-7 en Santa Perpètua de Mogoda y en la C-31 en Vilanova y la Geltrú. Además de generar sanciones, también contarán con un sistema de encriptación o un flash de infrarrojos de larga duración.