Siete matrimonios sobre ruedas en Transordizia de Irun - Blog Debates en Foro Transportistas

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    Siete matrimonios sobre ruedas en Transordizia de Irun

    • Sirley, al volante de su camión; y su marido Marcos, subido en el remolque después de cargar el tractor de otro vehículo en las instalaciones de su empresa, Transordizia, con sede en el polígono Zaisa III de Irun.


      Marcos y Sirley conviven juntos en el camión, que es a la vez su “casa” y su lugar de trabajo. Como ellos, otras 5 parejas forman equipo como doble conductor en una empresa de transportes de Irun, que incorporará en breve a otro dueto. Ya serán siete.

      Dicen que a bordo de su camión “hay mucho amor y muchas discusiones” pero se arreglan “de maravilla”. Suelen estar fuera de su domicilio periodos de dos y tres semanas seguidas, transportando camiones y autobuses a lo largo y ancho de Europa, cargándolos y descargándolos sin provocarles ni un rasguño. Así es la vida del matrimonio que forman Marcos Cardozo y Sirley Motta, de nacionalidad brasileña y empleados de una empresa de transportes guipuzcoana. Como ellos, otras cinco parejas, la mayoría casadas, trabajan en la compañía Transordizia como dobles conductores a bordo de un camión y en breve se incorporará otra pareja, afirma su gerente, Jesús Galindo. Siete matrimonios unidos en el trabajo entre una plantilla de 115 camioneros.

      Tienen dos neveras, televisor, ordenador portátil, wifi, dos literas para dormir y hasta un horno. La sienten como su casa y cuando les ponen un camión nuevo, como ha sido el caso esta semana, para ellos es como una mudanza. Ni sus jefes se meten en su espacio. ¿Podemos ver el camión?, les preguntamos. “Habla con ellos, es su casa”, responde el gerente. La de las dobles parejas, asegura el responsable de la compañía, Jesús Galindo, es una “fórmula que beneficia a las dos partes” y va en aumento en esta empresa de 140 trabajadores; 115 conductores y otros 25 entre personal administrativo y de taller.

      Hablamos con uno de los matrimonios de esta compañía. Marcos, de 47 años y Sirley, de 50. Son brasileños, “muy religiosos” ambos: “Cristianos” que hacen gala de llevar una biblia siempre en su vehículo. Marcos lleva 27 años en un camión y Sirley pronto hará cinco. Lo de trabajar juntos en la carretera se lo planteó él. Llevan trece años casados.

      Ella lo vio claro. Era una forma de estar más con su marido y de aumentar sus ingresos. “Ahora estamos mucho mejor, siempre juntos. Antes Marcos siempre viajaba”, asegura Sirley, feliz y orgullosa de su empleo. Lo cuenta emocionada porque “para un inmigrante es muy importante encontrar un trabajo”. “Nosotros no tenemos hijos de nuestro matrimonio. Si no, no podríamos tener esta profesión”, reconoce la mujer.

      “Tenemos hijos, pero no de la pareja y ya son mayores. Están todos en Brasil”, añade Marcos: “Yo tengo cuatro, de 27, 23, 20 y 17 años; y ella tiene una hija del otro casamiento”, reconoce su actual marido. En su nueva vida hay muchos kilómetros juntos, varias vueltas al mundo.

      “UNA BUENA IDEA” “Ella antes trabajaba como empleada doméstica, pero yo siempre estaba muy lejos. Y un día le dije, qué te parece sacar el permiso para conducir camiones y así andamos juntos. Y me respondió que le parecía una buena idea”, explica Marcos. La empresa les había dado esa opción.

      “Y me gusta el trabajo -dice ella-, porque conoces personas nuevas y sitios nuevos; me gusta la aventura y estamos muy motivados. Y luego el dinero también. Ganamos más por el trabajo que hacemos y podemos estar juntos”, añade. “El dinero no es todo, pero ayuda”, bromea Marcos.

      “Yo hace muchos años he trabajado de doble conductor, con otros chicos y es muy complicado”, reconoce Marcos, feliz de compartir ahora toda su vida con su esposa. “Con una persona que vive en el camión contigo es muy complicado. Por ejemplo, con el tabaco. Nosotros no fumamos y una persona que fuma...”.

      DOS VUELTAS AL MUNDO JUNTOS Su vida ha mejorado mucho, dice. “Los camiones son muy confortables, con aire acondicionado y son nuevos”, añade este veterano conductor. Bastante mejores que los de hace 27 años, cuando comenzó su carrera como transportista. “Yo no sé cuántas vueltas he dado al mundo, me dijeron una vez que son 40.000 kilómetros. No sé cuántas vueltas he dado ya”, reconoce. Podrían ser unos 300.000 ya; unas siete vueltas al mundo, por tanto. Con su esposa lleva ya dos, teniendo en cuenta de que una doble pareja puede realizar, según Galindo, unos 20.000 kilómetros al año, mientras que un solo conductor ronda los 12.000 en un buen año.

      No se cansan. “Nos llevamos muy bien. Siempre tienes que charlar, hablar mucho, a la hora de conducir y sobre todo a la hora de cargar y descargar” los vehículos industriales nuevos que transportan sobre sus remolques. “Él lo acepta bien”, asegura Sirley. Añade el gerente de Transordizia que, además, las parejas de doble conductor, que se apoyan en el momento de carga y descarga, tienen un índice mucho menor de incidentes en el momento de la manipulación y ello mejora la calidad del transporte en un sector, el de High&Heavy, en el que muchos clientes ya exigen menos de un 1% de incidentes (rozaduras y golpes durante el transporte).

      Fuente: Noticiasguipuzkoa.com
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