La competencia desequilibrada, o lo que otros llaman la competencia desleal o "dumping social", es un grave problema para la profesión.

El fenómeno se ha disparado en los últimos años debido a la crisis y la apertura del mercado europeo del transporte por carretera al este de Europa . 

Es tanto más sensible es visible a simple vista, sobre todo por carreteras, áreas de estacionamiento y en las zonas urbanas. 

Sin embargo, la ansiedad y exasperación se dirigen específicamente a los pabellones del Este. Incluso los nichos parecen estar a salvo, incluyendo aquellas que requieren formas técnicas y específicas. Vehículos comerciales ligeros (LCV) polacos y rumanos convertidos en el símbolo de esta explosión. Estos vienen a competir no sólo con  los transportistas  de vehículos pesados, sino también con el resto de los transportistas.

La competencia desequilibrada ya no es soportable. Las empresas no sólo pierden cuota de mercado, sino también ver sus precios desafiados en un entorno empresarial  que cada vez son más tensas las ofertas, donde juegan los expedidores a precios más bajos.

Hay que tener en cuenta que el uso de la subcontratación externa es parte de un fenómeno de la externalización de desarrollo de antecedentes en el transporte por carretera. La cuestión de la subcontratación externa es un componente de la cuestión general de la subcontratación.

El uso de la subcontratación europea es probable que se acelere en los próximos años. El creciente desarrollo de plataformas digitales poniéndose en contacto con los cargadores y los transportistas, o bolsas de cargas, acelera el encuentro entre la oferta y la demanda y deconstruye la relación comercial tradicional al permitir que los transportistas no implantados (sin los gastos y con las estructuras factores de coste bajo) acceso directo al mercado.

Los gobiernos deben ser conscientes de la amenaza. El plan de acción de los socios, frente a la competencia desequilibrada, ha estado durante mucho tiempo sobre la mesa.

Hay que reclamar una vez más que los gobiernos e instituciones adopten "medidas que atajen la competencia desleal que se está produciendo” porque el ‘dumping social’ y la crisis económica han hecho que desde 2008 hayan desaparecido en España 30.348 empresas de transporte.