La carta de un camionero dedicada con todo el afecto a mis compañeros/as de la ruta - Blog Debates en Foro Transportistas

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    La carta de un camionero dedicada con todo el afecto a mis compañeros/as de la ruta

    • Si algún día tienes entre tus manos esta carta probablemente ya estaré muerto.

      Indiana Indiana 

      Foto de Indiana Indiana.
      Indiana Indiana en
      (Lo prometido es deuda)LA CARTA. 
      -Dedicado con todo el afecto a mis compañer@s de la ruta.-Si algún día tienes entre tus manos esta carta y la lees mojando su papel con lágrimas que pintan de dolor tu cara, probablemente ya estaré muerto.
      Nunca quise que te la entregaran. Deseaba hacerlo yo al final de mi jornada.Te diran, que encontraron esto para ti junto a los papeles del camión, durmiendo el paso del tiempo en su rincón.
      "Para mi esposa" escribí en el sobre. Podía pasar, solo, no quería salir una mañana y no volver sin haberte dicho lo que siento por tí....Perdona por marcharme sin poder despedirme, sin ver tu sonrisa por última vez, sin sentir tu mano acariciándome, por no decirte donde voy a esperarte como de novios.
      Perdona por los días que te robé, los que no pude regalarte, por no ser como tu querías, albañil, mecanico, oficinista, carpintero o electricista para poder estar más tiempo contigo. Por las largas esperas, por los sueños rotos, por la falta de caricias en esas noches especiales.
      Cuando era niño tenia un sueño, envejecer contigo, desgastarme poco a poco a tu lado como un caramelo, pero la tómbola del destino no quiso regalarme ese premio. He estado volando con tus alas, quizás por eso la vida se cobró su precio.
      Pero no quiero verte triste la muerte solo es una pausa en una orilla de nuestro camino.
      Mira mis manos, siempre tan llenas de caricias para ti y ahora tan pálidas y vacías.
      Recuerdas aquella virgencita a la rezabas por mi creyendo que no lo sabía,; preguntale, ella te dirá lo que significas para mí y las veces que ha escondidas, le pedí para ti.
      Tantos despertares en un país que no es el mio, tan lejos de ti y en derredor solo silencio y frío, vagos presentimientos siempre a solas conmigo mismo. 
      Tantas tardes de llúvia, de grises carreteras y hastío. Tanto ver pasar pueblos y ciudades como fantasmas sombríos. 
      Tanto ver pasar la vida, sentirme extraño, como agua de otro río, solo entre tanta gente, muerto entre los vivos. 
      Tanto tener cerca corbatas ordenando mi vida y policías controlando mi camino, y yo, forzando una sonrisa y ahogándola en vino, queriendo evadirme como el humo del tabaco, y otra vez la soledad y este ingrato trabajo.
      Ya no esperar más a terminar esa descarga, para hacer juntos unos planes que siempre quedan en nada.
      Ya no más esperar esa maldita llamada.
      Ya no más te quieros.
      Ya no más lágrimas, ahora solo en sueños, nada físico, de alma a alma.
      Ya no más cafes y cigarrillos en un bar de carretera a las tres de la mañana.
      Ya no más noches sin dormir, de blanca luna y ojos de porcelana.
      Ya se acabaron los besos clandestinos y siempre a tus espaldas.
      ... Ahora te toca a ti contunuar nuestro viaje. Enséñales la ruta a nuestros
      hijos, que no se equivoquen, llevales a mejores puertos, pero sin mapas ni fríos industriales, tu ya sabes. Se que les hablarás de su padre, les dirás que no les pude ver crecer que su felicidad la vendían lejos y que me fuí a buscarla una tarde, que les beso cada noche, como a ti, antes de acostarme.
      Ahora tengo que irme, me esperan en otra parte, te espero como siempre, donde tu ya sabes, junto a nuestro árbol, el de las hojas grandes.--No se que siento ahora releyendo esta carta, alegría, pena , tristeza, le pongo nombre a las cosas pero se que solo son palabras.
      Pienso en los compañeros que dejé a la espalda, los que duermen para siempre a la sombra de cualquier kilómetro de la carretera oscura y opáca, con ellos quedaron pedacitos de mi alma, de esta alma que es más sutíl cada día que pasa. 
      Se fueron, se hundieron con su barco, murieron como soldados en el campo de batalla, "Bigotes", "Pecholata", "Yanky", "Riscales" y otros tantos a los que dedíco esta carta.
      Y a ti querida esposa, quizá te la enseñe algún día, o quizás no, pero en nuestra casa.(c) Joaquín Corbalán Corbalán
      INDIANA,
      De mi libro la estación de los silencios.Podeis compartir, reproducir, pero con esta autoría, os recuerdo que tiene copirihgt. El que no sepa lo que es eso que se lo pregunte a Wikipedia en Google, os lo dirá con mucho gusto. Esta carta fué en mi camión muchos años, por tanto es real.
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