Dos radares de "quita y pon" hoy en la N-141, más uno fijo y posiblemente no se descarta que alguno camuflado.
Una cuarta parte de las cajas de radares están vacías
El combate contra el exceso de velocidad que libra el Servei Català de Trànsit pasa, entre otras actuaciones, por la rotación de los radares de las carreteras. No todas las cajas instaladas tienen cinemómetros en su interior. Una de cada cuatro está vacía y la intención es mantener esta proporción. Se aprovecha esta cantidad de soportes libres para cambiar el emplazamiento de algunos cinemómetros de modo que los conductores no sepan cuáles están activos y, así, aumente la eficacia del control.
El efecto placebo –cajas sin radar– se ha demostrado eficaz en las vías donde se ha probado. El caso más destacado es el de las rondas de Barcelona, donde la accidentalidad cayó radicalmente a raíz de la colocación de los cinemómetros en emplazamientos rotatorios. Trànsit está ultimando el estudio de las actuales ubicaciones para determinar cuántos dispositivos se moverán. “Los que ya no cumplan con la finalidad de evitar excesos de velocidad, porque, por ejemplo, los conductores ya se han acostumbrado, se reubicarán, aunque algunos mantendrán la caja” Las rotaciones se hacen cada seis meses como mínimo. “Descartamos periodos menores –agrega–, para ellos ya tenemos los radares móviles”.