El sueño de hacerse con un automóvil 0 km es bastante común en las personas, pero la realidad es que las ventas de las concesionarias están cayendo de forma preocupante alrededor del mundo, situación que ha propiciado el surgimiento de verdaderos “cementerios automotrices” en diversas partes del globo.
Desde siempre, la juventud crece soñando en llegar a los 18 años y comprarse – muchas veces como un regalo del padre o la madre – un automóvil cero kilómetros. No hay como escapar de esto, es algo que ha sido prácticamente injertado en la cultura popular de la clase media-alta de nuestro país, salvo raras excepciones.
Aunque en México la venta de automotores ha tenido incrementos considerables, la realidad global es muy diferente, la crisis en algunas regiones de Europa ha ido devastando las ventas de vehículos nuevos. Pese a esto, las fábricas están incapacitadas para dejar de producirlos, eso se traduciría en el cierre de sus instalaciones y en el despido masivo de miles de empleados, situación que agravaría aún más el estado de recesión económica.
Y hay un escenario aún más preocupante: Si las fábricas automotrices se detienen, ¿quién daría empleo a estas personas? ¿A dónde iría a parar el mercado del acero? Son algunas de las preguntas que surgen inmediatamente cuando se propone un escenario de ese tipo.
Como resultado, la cantidad de autos almacenados en pistas y parques de estacionamiento alrededor del mundo – en los que lentamente se van deteriorando – aumenta a cada semana, haciendo que los fabricantes tengan que hacerse de más y más hectáreas de tierra para guardar los vehículos 0 kilómetros que salen de la línea de producción.
Dale un vistazo a algunos de estos “cementerios”, donde las tumbas no abrigan los restos mortales de personas, sino de automóviles 0 km. Todas las imágenes son reales, aquí no hay Photoshop.
57 mil automóviles permaneces estacionados en el puerto de Baltimore, en Maryland, Estados Unidos.
La pista de pruebas de la Nissan en Sunderland, Reino Unido se ha convertido en un estacionamiento.
Estacionamiento en España.
Puerto de Valencia, España.
Carretera en San Petersburgo, Rusia.
Parcelas en Avonmouth, Reino Unido.
Estacionamiento de la Citroen en Northamptonshire, Inglaterra.
Peugeots en el puerto de Civitavecchia, Italia.
Estacionamiento en Sheerness, Reino Unido.
Si estás pensando que lo ideal sería rematar los autos, bueno, las cosas no funcionan así en el capitalismo. Si venden su producto a un precio menor estarían desvalorizando el mismo.
Por ejemplo, imagina que por exceso de stock, Honda empieza a vender el Civic a 150 mil pesos, el mismo precio que un Aveo básico. Aquí, todas las empresas tendrían que adecuarse a la reducción de precios. El Aveo ahora se vendería en unos 80 mil pesos. Lo que obligaría al mercado a bajar el precio de todos los automóviles, incluso los de aquellos que no estén sobrando. Honda se echaría de enemigos a la competencia, que entrarían en una guerra de precios bajos interminable. Al final Honda se vería obligada a bajar los precios de otros modelos, y después sería muy difícil volver a la “normalidad”. Todo esto terminaría en una reducción drástica de sus beneficios y de la calidad del producto, lo que podría incluso poner en peligro su existencia.