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* El camionero ruso, asustado, comenzó a buscar ayuda. Posadas, la aldea más cercana, cuenta con 14 habitantes. Pero el camionero tuvo suerte y se encontró con dos personas. En ese idioma universal que habla la gente que necesita ayuda, logró explicar su caso a los dos riojanos, que no tenían ningún conocimiento de idiomas.
* Los salvadores del ruso se pusieron en contacto con Diego Bengoa, alcalde de Ezcaray. Bengoa, que ya estaba versado en estas lides gracias al caso precedente, llamó por teléfono a Ivo, el dueño del bar El Molino, que es búlgaro y había sacado las castañas del fuego al conductor anterior.
* Ivo, el dueño de El Molino, tuvo una idea mejor: llamar a Igor, un albañil ruso que trabaja en Ezcaray, el cual pudo comunicarse sin problemas con el conductor del vehículo atascado. Le pudo explicar que, debido a que ya era de noche y a que llovía, la grúa sacaría su camión a la mañana siguiente.
* A la mañana siguiente llegó Juan Carlos Mendi, gruísta en la empresa Grúas y Hormigones Valer, que califica la situación como "uno de los encargos más extraños de mi vida". Después de evaluar la situación, decidieron que no había que vaciar el camión, ya que la grúa podía levantar tranquilamente las 22 toneladas de cítricos que había en su interior. Con unas pocas operaciones, logró poner el camión otra vez en el camino.
* Finalmente, el rescate terminó con éxito gracias al diligente desempeño de todos los implicados, entre los que se contaban los dos paisanos, el alcalde, el búlgaro Ivo, el ruso Igor y el gruísta Juan Carlos Mendi. El que no estuvo nada fino fue el conductor ruso.
Todo apunta a que el problema radica en el GPS que usa la empresa de transportes, ya que ambos camiones pertenecían a la misma empresa, según nos cuenta el alcalde de Ezcaray. José Luis Esteban, director de ventas en la empresa Tecnología GPS, cree que el problema podría estar en la cartografía del GPS. Es decir, aunque la localización que proporciona el GPS sea correcta, si la información de los mapas está desactualizada o contiene errores, es muy probable que los conductores puedan perderse. La solución, si este diagnóstico es cierto, pasaría por que la empresa de cartografía arreglara ese error en sus mapas.
Diego Bengoa, el alcalde de Ezcaray que gestionó la crisis del camión atascado, celebra que todo se resolviera de una forma tan eficaz. Y, una vez superado el mal trago, bromea: "Ya sabíamos que Ezcaray tiene mucho tirón. Que venga tanta gente de fuera no hace más que confirmarlo".