Asociaciones y sindicatos piden al Gobierno que aplique un plan de coeficientes reductores en las edades de jubilación. Según estadísticas de la DGT en España existen unos 253.000 titulares de permisos de conducir camiones de las clases C y C+E, de los cuales aproximadamente 32.000 tienen entre 60 y 64 años y 40.000 entre 55 y 59 años, lo que representaría un 28,5 por ciento del colectivo de personas en posesión de carnés profesionales.
Si a ellos les sumamos el grupo de edad situado entre 50 y 54 años (aproximadamente 42.000 conductores) el porcentaje se eleva hasta alcanzar el 72 por ciento, cifra que nos da buena prueba del paulatino envejecimiento que sufren los conductores profesionales en nuestro país y en la mayoría de los países de la Unión Europea.
Las organizaciones que representan a las empresas de transporte y los principales sindicatos de trabajadores asalariados llevan tiempo solicitando a los sucesivos gobiernos la elaboración y puesta en marcha a medio plazo de un plan de coeficientes reductores, una iniciativa que permitiría qué aquellos chóferes de mayor edad pudieran beneficiarse, como actualmente sucede con los trabajadores ferroviarios o los pilotos aéreos, de un programa de jubilaciones anticipadas sin pérdida de cuantía económica en sus retribuciones.
Las últimas estadísticas señalan que en España hay unos 331.000 conductores profesionales asalariados, de los cuales unos 227.000 trabajan en empresas de transporte de servicio público de mercancías, mientras que el resto (104.000) lo harían en actividades de transporte privado complementario.
En colaboración con la Fundación para la Prevención de Riesgos Laborales los sindicatos UGT y CCOO han realizado un estudio sobre salud y seguridad en el trabajo en el sector del transporte de mercancías por carretera y su relación con la edad de los conductores y es en las conclusiones del mismo donde se apuntan algunas de las razones que justificarían la aplicación por parte del Estado de un programa que permitiera las “jubilaciones anticipadas” de los chóferes.
Y todo ello teniendo en cuenta que el transporte de mercancías por carretera es una actividad laboral considerada de alto riesgo para los trabajadores que la desempeñan y donde al menos el 36 por ciento de los trabajadores encuestados acepta que el desempeño de su trabajo está afectando negativamente a su salud.