La nueva normativa es más restrictiva, sobre todo con los vehículos que superan los siete u ocho años de vida

Los controles de la Inspección Técnica de Vehículos sobre las emisiones de gases de los vehículos, que se han endurecido en las últimas semanas por orden del Ministerio de Industria, Energía y Turismo, han aumentado considerablemente el número de vehículos que son rechazados por estas cuestiones.

Así lo aseguran fuentes conocedoras de la situación, que explican que los coches rechazados por superar los niveles de contaminación son más numerosos ahora que hace solo unas semanas.

Como consecuencia, los coches deben acudir al taller a reparar el sistema de emisión de gases o para someterse a ajustes, que según los casos pueden ser de mayor o de menor importancia. El cambio, asegura el diario La Nueva España, obedece a la estrategia de las autoridades europeas y españolas para estrechar el cerco sobre los gases contaminantes y coincide en el tiempo después del caso de los motores trucados de Volkswagen, preparados para saltarse los controles ambientales y ofrecer una mayor potencia a costa del medio ambiente.

El efecto de las nuevas restricciones es evidente. La normativa entró en vigor el pasado uno de julio y el porcentaje total de coches rechazados ha aumentado en varios puntos. Sin embargo, si se tienen solo en cuenta los coches que han sido suspendidos por no tener los niveles de emisión de gases deseado, el porcentaje ha aumentado más significativamente.

El "Manual del Procedimiento de Inspección" del Ministerio de Industria exige que el límite de gases de escape sea el que fija el fabricante del automóvil. La nueva regulación "trae de cabeza" a muchos conductores. Cada vehículo debe tener una pegatina, cuya ubicación dentro del coche puede variar en función de la marca e incluso, dentro de coches de la misma marca, del modelo, donde se indica cuál debe ser el nivel máximo de gases (principalmente de monóxido de carbono) emitidos por el vehículo. Desde ahora, el inspector debe consultar esta información antes de someter al coche a las pruebas pertinentes. Si esta pegatina no se encontrara, el conductor incluso tendría que ir al concesionario de la marca para obtener la información, en caso de no estar ya en poder de los inspectores de la ITV. Es habitual que los coches más antiguos no marquen esta información, habitualmente adherida en una pegatina bajo el capó, en la guantera o en el manual del usuario.

Los límites antiguos eran más laxos que los nuevos, reconocen los inspectores. Hasta hace unas semanas las mediciones dependían fundamentalmente de la edad del vehículo, para lo que se utilizaba su fecha de primera matriculación. Si era anterior al año 2008, los límites eran algo más permisivos que con los coches nuevos. Con este panorama es lógico pensar que son los coches más antiguos los que están registrando los mayores problemas a la hora de superar la revisión técnica. Las dificultades, indican las mismas fuentes, empiezan a registrarse en coches que ya han superado los siete u ocho años de vida. A más longevidad del coche, mayores probabilidades de que sea rechazado por los inspectores, algo que obligaría a una reparación.

No cumplir con los estándares que marca el propio fabricante del coche será, según el Ministerio de Industria, una falta grave durante este año y el que viene y una falta grave de cara al 2018.

La situación es más relevante si cabe porque el parque automovilístico español continúa envejeciéndose y se sitúa en 11,7 años de antigüedad. Esta elevada tasa de vehículos viejos circulando por las carreteras "supone un riesgo en materia de seguridad y un aumento de las emisiones en la atmósfera", aseguran desde la patronal de los concesionarios. En Castilla y León la edad media de los coches supera los 12 años y medio y el 34% tiene más de quince años de edad.

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