No hay dudas de que el carril bici es una apuesta decidida del Ayuntamiento de Barcelona para fomentar modos de transporte alternativo no contaminante. El aumento de sus itinerarios ha supuesto una necesaria inversión para adecuar la vía pública y, en consecuencia, la eliminación de numerosas plazas de aparcamiento así como la reducción de carriles para la circulación de vehículos privados. Sería bueno que esta apuesta fuera acompañada de medidas que permitieran una regulación del uso de las bicicletas en el espacio público.
Si los ciudadanos que tienen un vehículo a motor de dos o cuatro ruedas pagan anualmente un impuesto de circulación en función del tipo de vehículo, creo que sería justo y solidario que los ciclistas, que se benefician de un carril de uso exclusivo, también contribuyeran con algún tipo de tasa que compensara de un lado el gasto de la adecuación de los carriles bici y por otro la reducción de los ingresos en concepto de las plazas de aparcamiento de zona azul y / o verde que, por tal motivo , han sido eliminadas.
Es responsabilidad del gobierno municipal estudiar cuál fuera la fórmula más adecuada, para ello técnicos y expertos a su servicio no faltan. De lo contrario de nada servirá ampliar el carril bici si muchos ciclistas siguen yendo por las aceras.
Hay que recordar que el pasado año la DGT estudió que las bicis lleven matrícula, seguro y permiso de circulación.
Tráfico recogió las propuestas de la UNESCO y empezó a realizar encuestas para medir su aceptación.
La Dirección General de Tráfico hizo suyas las ideas propuestas por una cátedra de la UNESCO y estando dispuesta a estudiar la posibilidad de que los ciclistas tengan que sacarse un carné, tengan que matricular la bici y tengan que pagar un seguro privado de ciclista.
La subdirectora general de Intervención y Políticas Viales, Mónica Colás, confirmó que están sopesando seriamente estos cambios para los ciclistas en un encuentro nacional sobre la bicicleta, celebrado en el Centro Superior de Educación Vial, organismo dependiente de la DGT.
Además, hace unas semanas Tráfico difundió una encuesta para sondear la opinión de los usuarios sobre la necesidad de un permiso y un seguro obligatorio para circular en bicicleta.
Las propuestas de la UNESCO
La Cátedra de la Unesco propues en febrero de 2015 que el Reglamento General de Circulación que está siendo objeto de diversos estudios y alegaciones contemple las siguientes modificaciones:
- Dada la actual situación de infracción frecuente de normas de circulación, y por razones de seguridad jurídica y evitación de la impunidad y adecuada identificación de los presuntos responsables, es necesaria la exigencia de número de ciclista, que podría portar con visibilidad suficiente en el dorsal del chaleco obligatorio o casco.
- Habida cuenta de los riesgos ciertos para la seguridad de peatones y otros usuarios de la vía pública, debería contemplarse un seguro obligatorio ad hoc.
- El ciclista debe observar en la vía pública todas las normas del Reglamento General de la Circulación, en especial: pasos de peatones, regulados o no por semáforos; “Stop”; “Ceda el Paso”, “direcciones o sentidos prohibidos”, “prioridad del peatón en aceras con carriles ciclistas”, etc.
- Por la gravedad potencial de los eventuales accidentes, en especial, atropellos de peatones, se hace obligatorio establecer límites de velocidad medibles y verificables si se opta por la convivencia de peatones y ciclistas en algunas aceras y zonas peatonales. No resulta fácil, desde el punto de vista técnico, habilitar sistemas de telemetría móvil suficientes y utilizables para estas mediciones, al tiempo, que como se indicó más arriba, serían absolutamente inútiles si el ciclista no lleva en lugar visible y claro su número de identificación. A estos efectos, y los demás indicados, no consideramos prudente habilitar aceras y zonas peatonales para el tráfico rodado de ciclos y otros vehículos de tracción mecánico-eléctrica, salvo los usados con personas con discapacidad.
- En casos muy excepcionales, donde pueda habilitarse el tráfico rodado de bicicletas, en aceras o zonas peatonales, deberían ser suficientemente señalizados de manera que el ciclista sepa cuándo puede y debe dejar de circular, debiéndose bajar del ciclo y llevarlo de la mano hasta que pueda circular de nuevo.
- En lo referente a la utilización del casco como elemento de autoprotección por parte de los ciclistas, debería ser obligatorio para todos, también en vías urbanas. Exigirlo sólo para los niños, traslada a los menores una incoherencia desde el punto de vista educativo, al observar que los mayores no se ven concernidos por la misma medida.
Medidas que no parecen sentar bien a la mayoría de los usuarios cuestionados por estas propuestas. «No somos vehículos a motor, son nuestras piernas las que llevan esto, no puede equiparse», comenta Andrea. «Es una idea más para sacar dinero», comenta otro ciclista.
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