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Tim Watson trabaja cerca de San Francisco, EEUU, como conductor de autobús. Un día un hombre joven y un niño pequeño entraron en el autobús y se sentaron en la última fila. Al ver al pequeño llorando, Tim tuvo un mal presentimiento. Entonces se dio cuenta: el niño era igual que el de la foto expedida por la Policía del niño que habían secuestrado en una biblioteca hacía 1 hora. Pero para asegurarse completamente y para que no le sucediera nada al niño, Tim tuvo una idea extraordinaria.
Tim Watson, padre de 2 hijos, estaba aliviado: "Ese niño secuestrado podría haber sido mi hijo... hice lo que hubiera hecho cualquier padre".