Los avances desarrollados en los nuevos dispositivos electrónicos permiten técnicas para copiar muy difíciles de detectar.

Los agentes tratan de localizar a tramposos que utilizan cámaras ocultas, micrófonos o auriculares casi irreconocibles.

Los agentes tratan de evitar prácticas irregulares durante el examen de conducir.

Hace un mes la Guardia Civil informó de la detención de tres personas que habían sido sorprendidas copiando en un examen de conducir. Los arrestados utilizaron un complejo sistema de comunicación para soplar las preguntas. El que estaba haciendo la prueba tenía una cámara oculta incrustada en un botón. Esto permitía a los de fuera, que estaban en una furgoneta con ordenadores, ver las preguntas. Los chivatos buscaban las respuestas en los manuales y se las transmitían vía transmisor al que estaba haciendo el examen, que escuchaba las soluciones a través de un auricular.Fue de hecho ese pinganillo que el tramposo tenía en la oreja lo que llamó la atención de los agentes de la Guardia Civil que vigilaban el examen vestidos de paisano. Esta práctica de camuflarse entre los profesores que supervisan las pruebas es habitual en todas las sedes donde se realizan las convocatorias del carné de conducir, según confirman fuentes del instituto armado.El Grupo de Información de la Agrupación de Tráfico de la Guardia Civil elige aleatoriamente lugares donde se van a celebrar los exámenes y traslada a algunos de sus hombres, que investigan antes, durante y después de la prueba por si hay aspirantes a conseguir el carné de conducir que pretenden hacer trampas.En ocasiones, explican las mismas fuentes, los agentes incluso eligen puntualmente algunas sedes porque tienen sospechas de que en ellas se pueden estar llevando a cabo prácticas irregulares.Las vigilancias las lleva haciendo la Guardia Civil mediante este método desde hace años, aunque han sido más frecuentes a raíz de la popularización de los dispositivos electrónicos, que han incrementado de forma notable las posibilidades de comunicación de datos entre personas que se están examinando y otras que están en el exterior.Google Glass abre la puerta a nuevas formas de delinquirDe hecho, este desarrollo tecnológico preocupa tanto dentro del instituto armado como en el seno de otras fuerzas de seguridad, ya que cada día nacen nuevas aplicaciones y aparatos que superan a los anteriores en manejabilidad, precisión, facilidad de uso, tamaño e incluso precio. Entre estas inquietudes mostradas por los diferentes cuerpos policiales –también a nivel europeo– destaca el avance que suponen las Google Glass.No en vano, en las últimas reuniones entre distintas fuerzas de seguridad europeas se ha mostrado una especial preocupación por este artilugio de realidad aumentada y por el diseño cada vez más sencillo hacia el que se dirige. "Será difícil en poco tiempo diferenciar unas gafas normales de unas Google Glass", explica uno de los agentes que ha participado en los citados encuentros a nivel comunitario. Sin embargo, soplar las preguntas no es el único modo de cometer un delito o una falta durante el desarrollo del examen de conducir. La suplantación de la identidad, por ejemplo, es otra de las actuaciones detectadas por los funcionarios de la Guardia Civil, que no descartan que existan mafias o grupos delictivos dedicados a este tipo de prácticas.

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