Hay tres enemigos principales del neumático: físicos, medioambientales y humanos. Entre los más comunes están: la presión de inflado, los daños por obstáculos en la carretera, la profundidad del dibujo, las condiciones climatológicas, la falta de mantenimiento, la carga, la velocidad, etc. Con tantos enemigos es casi imposible predecir la duración de un neumático
El desgaste y los daños (pinchazos, cortes, impactos, grietas/fisuras de la goma de la escultura y los flancos, bultos y protuberancias, etc.). Los golpes con baches, bordillos, badenes, etc.