Las sanciones administrativas en cuestión de transporte, ya sea de personas o de mercancías, se suelen aglutinar en tres grandes bloques, algo que ya puso de manifiesto la última campaña de la DGT. Al igual que ocurre con el resto del territorio nacional, las irregularidades en los tacógrafos es una de las infracciones más comunes en las carreteras pontevedresas. De hecho, ocho de las 55 denuncias tramitadas por los agentes de Tráfico aludían a esta cuestión. Se trata de una conducta que normalmente lleva aparejada una multa de dos mil euros.


Mientras en el resto de España los otros dos grandes bloques de infracciones lo constituyen los excesos de velocidad y los incumplimientos de los tiempos de descanso, en el caso de la provincia son cuestiones derivadas del peso de la mercancía que los vehículos transportan o de la documentación relativa a los mismos o a los profesionales del volante. De hecho, esta última infracción fue la que determinó las únicas multas, cinco, que se tramitaron en Pontevedra en la campaña del pasado octubre a conductores de autobús.


En cuanto a los excesos de peso, que determinaron siete propuestas de sanción, la sanción suele variar en función del porcentaje que se supere sobre el límite. Así, en febrero, la Guardia Civil inspeccionó en el peaje de Campañó el camión de una constructora lucense desplazaba una masa que superaba en un 7 % la permitida.

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