Vándalos arrancaron el cajetín, instalado en noviembre y aún inactivo. Entretanto, el dispositivo de Mioño está arrojando una inusual tasa de infracciones

El radar fijo que la Dirección General de Tráfico instaló en noviembre metros antes del alto de Saltacaballo, dirección Bilbao, para reducir la elevada tasa de siniestralidad en uno de los puntos negros de la red viaria cántabra ha sido retirado tras el sabotaje que sufrió el pasado día 9. Los vándalos arrancaron el cajetín que debía alojar el sistema de medición de velocidad, pendiente de superar los tests que avalasen su completa fiabilidad. Con todo, el anterior responsable de la Jefatura de Tráfico en Cantabria, Serafín Sánchez, destaca el efecto disuasorio de la cabina vacía, ya que, en los cuatro meses posteriores a su colocación, el número de accidentes, que se dispara en días de lluvia, se redujo a un tercio de los registrados en el mismo periodo del ejercicio anterior.

LOS DATOS

26 de noviembre de 2014.La Jefatura de Tráfico de Cantabria instaló el radar en Saltacaballo dirección Bilbao; un punto negro de la red viaria de la comunidad vecina, fundamentalmente con lluvia.
Disuasorio. El número de accidentes cayó en los primeros cuatro meses desde su colocación a un tercio de los registrados en el mismo periodo del año anterior.
Sentido equivocado.Desde 2006, la calzada contigua dispone de un radar, a la altura de Mioño, instalado en base a la demanda ciudadana y el criterio de la DGT. El tiempo demostró que el problema estaba en la dirección opuesta.
Multas. El sistema de control de Mioño es objeto de polémica ante la llegada de numerosas multas notificadas en junio.
En una entrevista radiofónica, el nuevo jefe de Tráfico, José Miguel Tolosa, detalló que tan pronto como se tuvo constancia de la inutilización del cajetín se puso el caso en manos de la Policía Judicial de la Guardia Civil para tratar de dar con los autores, recurriendo a algunas de las cámaras emplazadas en puntos cercanos. Sostuvo asimismo que este tipo de acciones son relativamente frecuentes cuando el acceso al radar es asequible, como en el caso del dispositivo de Saltacaballo, situado en un camino anexo a la autovía. Tolosa avanzó que el incidente les ha llevado a analizar la adquisición de una estructura más resistente. Y confirmó que no se incorporará ningún otro elemento hasta después del verano, al tiempo que defendía la idoneidad de limitar la velocidad.

Este tramo es un punto de referencia para las unidades que conforman el sistema municipal de emergencias de Castro, fundamentalmente con el asfalto mojado. Soporta un importante flujo circulatorio, entre los residentes del municipio limítrofe que acuden a Bizkaia a trabajar y los vecinos del territorio que se trasladan a sus segundas viviendas en Cantabria. Técnicos del Ministerio de Fomento aplicaron un tratamiento de "raspado" a esta parte de la autovía para mejorar la adherencia. Sin embargo, el exjefe de Tráfico situó el origen de los siniestros en el exceso de velocidad. Y anotó que la orografía de la región, "con montaña y costa, provoca unos niveles aceptables de curvatura en las autovías". En semejantes condiciones, sostiene que la clave reside en que los conductores "respeten las reglas del juego".

Posible fallo del sistema

La Jefatura provincial de Tráfico colocó en 2006 un radar próximo a la cabina arrancada en Saltacaballo. Concretamente, a la altura de Mioño, dirección Santander, tras cotejar con los ciudadanos los puntos más sensibles de las carreteras autonómicas. Pero con el tiempo se evidenció que el tramo más peligroso se encuentra en la calzada opuesta. "Lo pusimos allí pensando que la pendiente descendente presentaba más riesgos", adujo el exjefe de Tráfico. Sánchez no tuvo reparos en admitir que el estudio no estaba en lo cierto.

Por otra parte, este detector de velocidad es objeto de polémica en los últimos días ante lo que numerosos conductores consideran un fallo del sistema. Según aseguran, después de años pasando por delante del dispositivo, fácilmente distinguible, les han empezado a notificar multas por rebasar los cien kilómetros por hora estipulados. Todas las infracciones están fechadas en junio, les han llegado sin certificar y, en algunos casos, por quebrantamientos mínimos del límite de velocidad. Los afectados no creen que se trate de una repentina aplicación de la normativa con el máximo rigor, e insisten en que siempre deceleran para evitar sobresaltos al pasar por Mioño.




http://www.elcorreo.com/bizkaia/sociedad/201507/19/retira-temporalmente-radar-saltacaballo-20150719182144.html