- El conductor, que no había dormido ni respetado los tiempos de descanso, circulaba a una velocidad inadecuada al estado de la vía y a la meteorología

En el banquillo de los acusados, L.P., un camionero novel de nacionalidad rumana para el que el Ministerio Fiscal solicitó una pena de prisión de cuatro años como presunto responsable de un accidente de tráfico que tuvo lugar el 22 de diciembre del 2007 en la Nacional 232, en la circunvalación de Alfaro, y en el que fallecieron tres personas: una madre y su hija, de 55 y de 29 años, respectivamente, vecinas de Miranda de Ebro, y otra mujer, alavesa, de 54 años de edad.

El acusado no era un veterano de la conducción. Nada más lejos de la realidad. Sólo dos meses antes, según el fiscal, había logrado la licencia oportuna y en el relato de los hechos el Ministerio Público también deja entrever que su actuación, quizá por inexperiencia, quizá no, no fue la más adecuada. De hecho el escrito de acusación apunta que L.P. conducía «sin haber guardado el descanso necesario y sin haber dormido esa noche ni haber ingerido alimentos». Además considera que su comportamiento al frente del vehículo no fue correcto en los instantes previos al accidente ya que, presuntamente y siempre según su versión, no adecuó su conducción ni a las condiciones de la carga, del asfalto, de la meteorología ni a su situación personal.

«Pese a haber advertido con anterioridad la inestabilidad de la carga (25 toneladas), con velocidad de 80 kilómetros por hora, la máxima permitida, y a pesar de estar lloviendo y con la calzada mojada», relata el fiscal, el acusado perdió el control «a la salida de una curva en plano descendente por no adecuar dicha velocidad a las circunstancias atmosféricas y de la vía, así como a sus propias condiciones psico-físicas [...] impactando con los vehículos que circulaban en sentido contrario, que nada pudieron hacer».

Incapaz de controlar la dirección del camión que conducía, impactó primero contra un tractocamión con semirremolque y contra un Land Rover Discovery II y, finalmente, contra un Nissan Note.

La peor parte se la llevó el primero de los vehículos, el Land Rover, que en ese momento se encontraba realizando una maniobra de adelantamiento y en el que viajaba un matrimonio con su hija mayor de edad. Como consecuencia del impacto, la madre, de 55 años, y su hija, de 29, perdieron la vida. El conductor, padre y marido de las fallecidas, sufrió heridas graves de las que trató en curar casi un año.

La tercera víctima mortal fue, explicó el fiscal, la copiloto del Nissan Note, de 54 años de edad. En el turismo viajaban otras tres personas, el conductor, que sufrió policontusiones y otras dos mujeres, de 61 y 20 años respectivamente, que necesitaron 71 y 156 días en sanar de los daños sufridos tras el impacto. Respecto al último de los vehículos implicados, el tractocamión, el fiscal sólo apuntó que sufrió desperfectos de alcance indeterminado.

Junto a los tres homicidios imprudentes, el fiscal también imputó otros cuatro de lesiones por imprudencia grave y además de los cuatro años de prisión solicita la privación del derecho a conducir vehículos durante seis años y el pago de casi 400.000 euros en indemnizaciones a las víctimas por las secuelas del accidente.