Después de haber sido condenado al menos en distintas ocasiones por asuntos relacionados con la circulación y una excesiva ingesta de alcohol, ahora se le castiga por un doble motivo: conducía pese a tener retirado el permiso de conducir, presentaba síntomas de haber vuelto a tomar alcohol y se negó a hacer el test de alcoholemia

Tendrá que comprar otro coche Manuel B. si quiere seguir conduciendo. El Seat Panda OR-5316-H, sin valor alguno en el mercado a sus veintiochos años, le ha sido decomisado. Una infracción cometida en julio del año 2010 lo llevó ayer como al Juzgado de lo Penal número 2 de Ourense, donde compareció como acusado de un delito contra la seguridad del tráfico y otro de desobediencia. Aceptó la condena que le propuso la Fiscalía, en la que se incluye la poco usual medida del comiso de su coche. Después de haber sido condenado al menos en distintas ocasiones por asuntos relacionados con la circulación y una excesiva ingesta de alcohol, ahora se le castiga por un doble motivo: conducía pese a tener retirado el permiso de conducir, presentaba síntomas de haber vuelto a tomar alcohol y se negó a hacer el test de alcoholemia.

Un Panda de 1986

El escrito de acusación, al cual prestó ayer conformidad el acusado, sitúa los hechos en el mediodía del 17 de julio del 2010. Al volante de su Seat Panda, matriculado en el año 1986, circulaba por la N-525. Una patrulla de la Guardia Civil de Tráfico lo detuvo. Observaron los agentes que el conductor presentaba síntomas de embriaguez, por lo que lo invitaron a haber un test de alcoholemia. Se negó, pese a ser advertido de de que su decisión daría lugar a que se le acusara de un delito de desobediencia. No le importó.

Los síntomas eran inequívocos. «Ropa con olor a alcohol, rostro congestionado, ojos brillantes, pupilas algo dilatadas, habla pastosa, halitosis alcohólica notoria a distancia y fuerte de cerca, incoherencias en la capacidad de expresión y deambulación titubeante», según el atestado de la Guardia Civil, que el ministerio fiscal incorporó en su escrito de acusación.

Seis años sin carné

Solo entre el 2009 y el 2010 le cayeron a Manuel Belenda tres sentencias. La última de ellas lo privaba del permiso de conducir durante veinte meses, entre febrero del 2010 y octubre del 2011. No cumplió ese castigo con la pulcritud necesaria y como consecuencia de ello se enfrenta ahora a una nueva condena que no es recurrible, al haberla aceptado.

Por los dos delitos le han correspondido 61 días de trabajos en beneficio de la comunidad, seis años de pérdida del permiso de conducir y también seis meses de prisión. Con la particularidad de que, además, la sentencia incorpora el comiso del coche, tal y como solicitó el ministerio público.

http://www.lavozdegalicia.es/notici...1406O5C4994.htm