1.457 kilómetros de la red nacional de carreteras, un 7,3 por ciento del total, presentan un riesgo elevado o muy elevado de accidente. Esta es la principal conclusión que se extrae del informe realizado por EuroRap en el que se ha sometido a análisis la red viaria de nuestro país y en el que se señalan los tramos más peligrosos de la geografía vial española, la mayoría, pertenecientes a carreteras nacionales de un solo carril para cada sentido.

Según el estudio de EuroRap, avalado por el Real Club del Automóvil de Cataluña (RACC), al menos diez carreteras de España destacan sobre el resto por su peligrosidad para los conductores. Un porcentaje que, aún siendo tres puntos porcentuales menor respecto a las cifras de 2010, se estima que irá a más en los años venideros a consecuencia de una menor inversión en la mejora y mantenimiento de las infraestructuras. La crisis, se presenta como principal culpable de esta futura situación. Esto significará que el índice de mortalidad, siempre a la baja en los últimos años, podría volver a incrementarse.

De igual manera, en el análisis de EuroRap se constata que hay 14 carreteras españolas que contienen, al menos, un tramo negro, aunque sólo cuatro de ellas acumulan el 50 por ciento de dichos tramos de riesgo. La que más puntos negros acumula es la N-621, en León, con tres tramos de alta peligrosidad, seguida de la N-630, una de las carreteras nacionales más largas de España, a su paso por las provincias de Cáceres (dos) y Sevilla (uno). En total, casi 100 tramos de la red viaria de nuestro país muestran un riesgo de accidente elevado o muy elevado y, la mayor parte, pertenecen a carreteras nacionales con un solo carril para cada dirección.

El tramo más peligroso y principal punto negro de España se encuentra en la provincia de Albacete. Se trata de un tramo que se prolonga durante 11,9 kilómetros y que se sitúa en la N-322 entre el cruce con la AB 851 a Casas de Ves y el principio de Villatoya. La media de siniestros en este punto es de 2,3 accidentes anuales.

Por su parte, los dos otros dos tramos de alta peligrosidad, también de riesgo muy elevado, se encuentran en Galicia. Y es que la norteña comunidad autónoma cuenta con la mayor proporción de tramos negros, con hasta tres puntos por encima de la media. El primero se encuentra en la SC-21 en La Coruña, entre el enlace con la A-54 y el aeropuerto de Lavacolla. Por su parte, el segundo se ubica en la provincia de Lugo, en la N-640: se trata de un tramo de 10,9 kilómetros entre el principio de San Tirso y el Principio de Pontevedra.

El cuarto punto negro, ya de riesgo elevado, de nuestra red de carreteras pertenece a la provincia de Málaga y es el más largo señalado por el informe de EuroRap, con un total de 16,5 kilómetros. Se encuentra en la N-340 entre el enlace con la A-7 de Maro y el Principio de Almuñecar.

Por último, el quinto más peligroso se ubica de nuevo en el norte de la península, en Asturias, y es el único que no pertenece a una carretera nacional. Se tratan de los dos kilómetros de enlace en la A-81 que unen la A-8 con el Aeropuerto.

Cabe destacar que sólo en uno de los cinco tramos señalados hay ubicado un radar fijo. Se trata del último mencionado en Asturias, en la A-81. Por su parte, de las carreteras nacionales que más acumulan puntos negros, la N-621 en León no cuenta ni con un solo radar en la provincia castelloleonesa; por el contrario, sí hay dispositivos medidores de velocidad en la N-630, con hasta tres puntos vigilados en Cáceres.