Esta fue la despedida de mi dragón, última vez que me sentaba en el asiento del conductor. Muchas horas de conducción, mucho frío pasado con él, mucho calor, y él ahí; siempre dándonos cobijo. Muchos fines de semana descansando y viendo películas donde nos pillara. Horas y horas de mantenimiento al llegar a casa para que siempre estuviera a punto para salir pitando. Cuantos agarrones de estómago para llegar a destino, con niebla, nieve, hielo....ufffff Y también muchos días en compañía de buena gente por esos mundos, riéndonos y disfrutando del momento. Siempre tan honrado, con avería no nos ha dejado tirados nunca, siempre de vuelta a casa. Lo bueno es que ha caído en muy buenas manos, lo seguirán cuidando...por qué Dragón solo hay uno, y es este: El Campeón